Por Vanessa Miescher, Psicóloga Cognitivo Conductual
Si sientes que avanzas y retrocedes en tu proceso de cambio personal, tu experiencia es completamente válida. La cultura, nos vende la idea de que la transformación es una línea ascendente constante, cada día mejor, cada semana más estable. Sin embargo, la neurociencia y la psicología del cambio muestran una realidad diferente. La experiencia real, se basa en días claros, seguidos de confusión, de estabilidad interrumpida por crisis, no es un error. Es exactamente cómo funciona el cambio psicológico real.
Durante décadas, la psicología clínica midió el progreso como una línea recta, se consideraba menos síntomas, más bienestar emocional, estabilidad creciente. Todo cambió en 2007 cuando Steven Hayes y su equipo publicaron un estudio revolucionario en el Journal of Consulting and Clinical Psychology titulado “Change is not always linear”.
Soy plenamente consciente de que no es el artículo más reciente, pero engloba la realidad del cambio. Pero, los investigadores demostraron que el cambio psicológico ocurre a través de fluctuaciones, rupturas y reorganizaciones internas, en fin, no es una línea recta. Esta revelación cambió nuestra comprensión de la transformación personal.
Las tres características del cambio real:
1. Discontinuo: el avance ocurre mediante saltos, me dirás, ¿en serio? , pues sí, es en saltos. Esto quiere decir, que se transitan períodos de transformación intensa, alternados con aparente quietud. Algunos días algo “hace clic”, otros parece que nada cambia.
2. Fluctuante: tus emociones varían constantemente, mientras tu cerebro reorganiza sus respuestas. Esta variabilidad no es caos, es tu sistema emocional recalibra en tiempo real.
3. Reorganizativo: tu mente busca nuevos equilibrios, cuando los patrones antiguos de pensamiento son desmantelados. Aquí, el sistema interno de pensamientos y emociones necesita desestabilizarse temporalmente, antes de encontrar una nueva estabilidad, no te preocupes, es solo temporal, es cómo remodelar una casa mientras vives en ella.
Las cuatro fases del cambio, la investigación identifica que, la transformación ocurre en fases cíclicas que se repiten en diferentes niveles de profundidad:
Fase 1: Desorganización: algo dentro de ti comienza a cuestionarse, la antigua de pensar que antes funcionaban bien, pero dejan de encajar con tu experiencia actual. Recuerda, esta confusión no es colapso, es tu sistema de pensamiento cognitivo que necesita reorganizarse.
Fase 2: Fluctuación: aquí, las emociones varían constantemente, pues si fluctúan entre un día calma, y tal vez otro de tensión. Tu cerebro está probando nuevas rutas neuronales, evaluando si puede sostenerlas en diferentes contextos.
Fase 3: Ruptura: aparecen resistencias y aparentes retrocesos, ya que los patrones de pensamiento y emocional que creías superados, se activan con fuerza. Son importantes, las rupturas te indican que el cambio está tocando estructuras profundas.
Fase 4: Reorganización: después de la inestabilidad, o la tormenta, llega mayor tranquilidad. Se integran integra los nuevos patrones pensamiento y de emociones, ya no reaccionas igual ante las mismas situaciones o sucesos. Es como si tu mente hubiera aprendido un idioma nuevo para entender la realidad.
Y luego el ciclo vuelve a comenzar, en un nivel más profundo de autoconocimiento. Es una espiral ascendente, por qué “volver atrás” no existe. Cabe aclarar que en las terapias cognitivo conductuales y contextuales, usamos la metáfora de la espiral del cambio. No, es un círculo sin fin, sino una espiral ascendente donde cada vuelta ocurre en un nivel más profundo de consciencia.
Me dirás, los ciclos se repiten, si, pero traen el avance, la reevaluación, y lo que se podía comprender como un retroceso parcial, donde vuelven pensamiento, emociones y conductas antiguas, pero ahora ya puedes observarlas conocimiento y herramientas, para establecer la base del nuevo avance. Sabes, este proceso ocurre gracias a la neuroplasticidad, cada pensamiento nuevo, cada emoción comprendida, cada conducta elegida conscientemente refuerza nuevas conexiones neuronales.
Aunque el cambio parezca invisible, tu cerebro trabaja constantemente aprendiendo a responder de otra manera. El progreso real no se mide en cantidad de días “buenos”, sino en la calidad de comprensión que adquieres sobre ti mismo.
Los tiempos reales del cambio, cada cerebro tiene su historia, su contexto, su experiencia de vida, además de recursos internos disponibles, un ritmo propio. Así, que, el punto maximo de aprendizaje neuronal ocurre especialmente, durante el sueño y los períodos de aparente quietud. Por eso, las pausas no son inactividad, son el momento de integración neuronal activa. Los períodos de alta variabilidad emocional frecuentemente preceden a reorganizaciones integrales muy importantes.
Qué puedes hacer para redefinir cómo mides tu progreso, el cambio discontinuo requiere métricas diferentes, en lugar de preguntarte “¿estoy mejor que ayer?”, considera:
- ¿Cómo respondo hoy a situaciones que antes me desbordaban?
- ¿Cuánto tiempo me toma recuperarme de una dificultad emocional?
- ¿Qué nivel de consciencia tengo ahora, que antes no tenía?
- ¿En cuántos contextos puedo sostener la nueva respuesta?
- ¿Cuánta compasión puedo ofrecerme cuando reactivo mi vieja manera de pensar, de sentir y comportarme antiguos?
Un punto importante, tu progreso real se observa en función de tu capacidad creciente de sostener el malestar sin que te destruya, de observar tus respuestas sin juzgarlas, de elegir conscientemente aunque sea difícil, te llevará a recuperarte más rápido.
Así que, recuerda no hay nada mal contigo porque tu proceso no sea lineal, la no linealidad es perfecta definición de la naturaleza del cambio humano. Es biología, no falta de voluntad, es neuroplasticidad, no debilidad. Tu experiencia de avances y retrocesos, evidencia tu capacidad, de que eres un sistema complejo transformándose de la única forma posible, mediante ciclos de desorganización y reorganización.
No te midas por la velocidad del cambio, mídete por su profundidad, por favor no te juzgues por la cantidad de días estables, valórate por la calidad de comprensión que desarrollas sobre ti mismo, tu ritmo es el correcto para ti.
¿Cuándo buscar ayuda profesional?, por ejemplo, cuando los patrones de pensamientos, de emociones y de comportamiento, se repiten en tu diario vivir, cuando surge una sensación persistente de perderte en el malestar afectando otras áreas de tu vida, aquí, es momento de considerar buscar ayuda.
En mi práctica de terapia psicológica creó un espacio seguro, confidencial y libre de juicios donde abordó estos ciclos con enfoques respaldados por la ciencia, como la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) y las terapias contextuales.
Es posible explorar los patrones mentales, emocionales y de conductas, que se repiten, comprendiendo su origen y generando nuevas herramientas, estrategias sin perder tu identidad.
Si este artículo resonó contigo y reconoces aspectos que deseas comprender más a fondo, un espacio terapéutico puede ser el lugar donde comienza el reencuentro contigo mismo/misma.
Saludos
Vanessa
Referencias
Gardner, B. (2024). What is habit and how can it be used to change real‐world behaviour? Social and Personality Psychology Compass, 18(6), e12975.
Hayes, A. M., et al. (2007). Change is not always linear: The study of nonlinear and discontinuous patterns of change in psychotherapy. Journal of Consulting and Clinical Psychology, 75(4), 468–478.
Singh, B., et al. (2024). Time to form a habit: A systematic review and meta-analysis of health behaviour habit formation. Healthcare, 12(23), 2488.
Yamada, K., & Toda, K. (2023). Habit formation viewed as structural change in the behavioral network. Communications Biology, 6, 303.
